Bajo el
epígrafe ‘¿Futuro de la ciudad, futuro de la democracia?', ayer se presentó en
el Círculo de Bellas Artes el último libro del geógrafo y sociólogo Jordi
Borja, Revolución urbana y derechos
ciudadanos (Alianza editorial). Un texto que reflexiona
sobre cuestiones fundamentales del urbanismo, la ciudad como espacio público y
la ciudadanía como estatus que asigna deberes y derechos iguales a todas las
personas que conviven en un mismo territorio.
"No
digo que todo esté bien o mal en la ciudad, digo que todo está lleno de
contradicciones", matiza un Borja comedido al comienzo de su intervención
poco antes de cargar contra el lenguaje maniqueo que etiqueta hoy día a las
ciudades. "No entiendo qué es una ciudad competitiva, ni qué significa la
cohesión social, no tengo ni idea de a qué se refieren con la sostenibilidad o
la participación, lo que sí sé es que hay pobres y ricos en la ciudad",
ironiza Borja para terminar sentenciando que "si queremos cambiar la
realidad de la ciudad, tenemos que cambiar el lenguaje".
Revolución urbana y derechos ciudadanos cuestiona críticamente las pautas de urbanización
dominantes que niegan la vocación democrática igualitaria y solidaria de la
ciudad deseada. "No cabe duda de que en el espacio público actúa el poder,
es algo que va en su propia lógica, lo que tenemos que hacer es conquistar ese
espacio público". Según el autor, a la lógica del negocio y de la
especulación se ha de luchar con la lógica de la ciudadanía, "es hora de
conquistar nuestros derechos como ciudadanos, ya que el ciudadano no nace, sino
que se hace a través de estas conquistas".
A
la presentación acudió también Eduardo Mangada, arquitecto y exconcejal de
Urbanismo del Ayuntamiento de Madrid, quien subrayó la lucha del "camarada
Borja" por una ciudad entendida como "ámbito democrático". Según
Mangada, los sucesos de Gamonal reflejan "la necesidad por parte de la
gente de retomar el espacio público", a lo que añadió que la ciudad debe
tener un papel primordial en la lucha por los cambios sociales: "La nueva
revolución anticapitalista o será urbana o no será". Por último, Mangada
aprovechó también para hacer algo de autocrítica: "Los urbanistas y
arquitectos debemos recuperar cierta legitimidad moral perdida".
Por su parte, el periodista y
economista Joaquín Estefanía, que también quiso arropar a Borja durante la
presentación, entonó su particular mea culpa como científico social al no haber sabido
predecir la crisis. "Tanto la democracia como el urbanismo han ido hacia
atrás, han retrocedido en la última década, de tal forma que las promesas de
una revolución urbana están cada vez más al alcance de una minoría, de una
élite", denunció Estefanía. Por último, el periodista quiso poner de
relieve "la metodología multidisciplinar" de Borja, ya que "la
crisis es demasiado importante como para dejarla exclusivamente en manos de los
economistas".
No hay comentarios:
Publicar un comentario